En compañía de los Mursi

La llegada al pueblo de Jinka, fue una grata sorpresa. Después de tantos días de polvo y vistas más bien desérticas, la explosión de verdor de esta zona la vivimos con un gran entusiasmo. La razón para movernos hasta aquí era para adentrarnos hacia el P.N. Mago y así poder visitar la tribu quizás más conocida de Etiopía, los Mursi. Este pueblo está rodeado de un aura de mala fama, se dice que son agresivos y que este comportamiento está muy relacionado con el alcohol, razón por la cual te dicen que debes visitar las aldeas muy pronto por la mañana, ya que por las tardes suelen estar bebidos. Nosotros, si bien, fuimos por la mañana y decidimos visitar un poblado muy alejado del camino, no vivimos ni fuimos testigos de nada parecido.

 

 

 

 

 

Lo que sí es evidente es el talante de este pueblo, estéticamente muy vistoso, altivo y de mirada penetrante, que con esas kalashnikov terciadas te transportan a lugares oscuros de la mente…Por descontado que tienen muy claro el “intercambio” que efectuarán con los visitantes, es una transacción que debes acordar desde antes con el guía local, ya que aquí todo se paga. En nuestro caso, como no había esa avidez por fotografiarlos, fue relativamente fácil llegar a un acuerdo para así poder caminar tranquilamente por la aldea.

 

 

 

 

 

Aquí vivimos una experiencia singular y divertida, cuando ya teníamos acordada con el guía la paga por la visita al poblado, que incluía: entrada al P.N. Mago, entrada al pueblo, guía local, el parking y un monto estimado por fotos… …resulta que en medio del camino y literalmente de la nada, aparecen sobre una roca dos hombres sentados y charlando, al vernos se terciaron sus Kalashnikovs y se pusieron de pie, acto seguido Yeshiwas detuvo el coche y luego de unos cuantos minutos en los cuales cruzaban palabras con nuestro guía local, éste nos comunica que teníamos que pagar a uno de estos hombres ya que sería nuestro “guardia personal”, que era paso obligatorio para continuar y que justo ese día la tarifa había subido, por lo que debíamos pagar un monto reajustado!

Nosotros, a estas alturas nos miramos, reímos y dijimos que si era el precio para seguir pues a por ello! Lo divertido viene ahora: cuando empezamos a movernos para hacer espacio a nuestro guardia en el maletero del jeep, nos sueltan que él no podía ir atrás por lo que podíamos seguir camino solos, que con pagar ya estaba bien! O sea seguridad con mando a distancia!!! Más divertido aún fue, cuando momentos antes de marchar del poblado, vimos llegar un jeep con un par de turistas, con nuestro “segurata” con paga doble y cómodamente sentado en el jeep!!! Por supuesto que nos saludó con una gran sonrisa! Os aseguro que tener enfrente a uno de estos esbeltos señores con una kalashnikov al hombro, te hace ver la vida de otra forma, con serenidad y aceptación ante todo!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los Mursi son nómadas, y para visitarlos te debes acercar a alguno de los asentamientos que ellos utilizan pocos meses del año. Se dice que este pueblo es de unos 9.000 individuos (me pregunto, ¿cómo pueden hacer censos en estos lugares??? Lo veo imposible…). Viven en los alrededores de Jinka y en las montañas del Parque Nacional Mago, se dedican al pastoreo de vacunos y a la agricultura, principalmente el cultivo del sorgo, cereal con el que elaboran tanto la injera como la cerveza que tanto les gusta. También son recolectores de miel. Una particularidad de su alimentación es que consumen sangre fresca de vaca, para ello hacen un piquete en la yugular y reciben el chorro en un cuenco, que luego se beben fresca, mezclada con leche o cuajada.

 

 

 

 

 

 

 

La razón por la que son tan conocidos es la impactante estampa que te regalan sus mujeres con sus labios decorados con platos cerámicos incrustados en ellos! Se dice que ésta es una tradición que viene de unos siglos atrás, cuando desde Sudán los traficantes de esclavos acudían a tierras fronterizas a robar mujeres. Este ornamento que sirvió en un principio para que no las robaran por encontrarlos poco atractivos, con el tiempo pasó a ser el símbolo de este pueblo y además signo de belleza, llegando a relacionarse el tamaño del plato con la posibilidad de concertar un buen matrimonio. Esta práctica la inician en la pubertad cerca de los 12 años y sólo las chicas, para ello se realizan un orificio bajo el labio inferior e insertan un tapón de madera hasta que cicatriza la herida. Y así como pasan los años se van incrustando platos de arcilla cada vez más grandes…aunque parezca increíble pueden llegar hasta los 22 centímetros!!! Os dejamos un vídeo que muestra la técnica de las mujeres para ponerse el plato en su lugar, increíble: https://youtu.be/u_AAhGMiTJ0

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hay una relación entre el tamaño del plato y la dote de la mujer, que puede ir desde 38 a 50 cabezas de ganado, dependiendo del tamaño del plato que lleven. Mucho valor tiene también en la dote el intercambio de rifles “kalashnikov”, que portan con mucha soltura y orgullo. Para que este plato de cerámica pueda entrar se deben extraer los 4 incisivos inferiores. Cuando no llevan puesto el plato, lo que puedes apreciar es el labio colgando sobre el mentón. Este ornamento sólo lo llevan las mujeres casadas, y si en el procedimiento se rompe el labio, ya no eres merecedora de matrimonio en esta vida… Las chicas solteras llevan como decoración unos platos de madera en las orejas de un tamaño bastante menor, su paso de la niñez a la adultez está así marcado. Como en la mayoría de las tribus las mujeres son las que se llevan el trabajo más duro. Los hombres pueden tener de 3 a 4 mujeres.

 

 

 

 

 

Una costumbre particular de los Mursi es que no practican sexo en casa, sino que, en medio de la alta y seca hierba, al aire libre y de día…esto último ya que por las noches rodean sus pequeñas casas de fuego, ya que dicen que los visitan algunos leones…por lo que las incursiones pasionales nocturnas están prohibidas para salvar la vida!

En sus cabezas ponen muchos y variados ornamentos, tanto hombres como mujeres. Practican también las escarificaciones, simbolizando valor, fortaleza y elegancia. Al igual que los Karo, los Mursi se pintan el cuerpo, y para ello utilizan pigmentos naturales de vegetales que mezclan con orina y cenizas…dicen que es un buen repelente de mosquitos!!! No lo pudimos ni quisimos comprobar!

 

 

 

 

 

 

 

La interacción con ellos fue muy limitada, no sientes tan buen rollo, es una realidad dura la por ellos vivida y se nota. Son ellos quienes más insisten en ser fotografiados ya que así ven de forma clara y real una retribución económica y en metálico…como yo no hacía fotos, y lo notaban, rápidamente me las dejaban de pedir, y pasaba a ser objeto de curiosidad, una manera que a mí me funcionaba para intentar establecer alguna interacción…se te acercaban, pero era muy difícil comunicarse, y eso que era sólo un par de palabras las que teníamos que aprender! La pronunciación era una locura y razón de alguna sonrisa! Aquí lo que hice fue jugar a las palmas contando del 1 al 10, resultó divertido, si bien la coordinación para alternar las palmas fue una complicación agregada.

ASHELI                 Hola
OLOKRO              Gracias
1                             One
2                             Raman
3                             Zizi
4                             Ussh
5                             Hanah
6                             Ile
7                             Soba
8                             Sacal
9                             Tomon
10                           Tamaculo!!!!

 

 

 

 

 

 

 

 

 

En el camino de regreso a Jinka, y en medio del P.N. Mago, pudimos ver un par de Kudus, una suerte de antílope con unos cuernos majestuosos y unas rallas blancas en el lomo muy bellas…y aún más bellos fueron otro par de antílopes enanos, los Dipdip, muy parecidos a los dulces Pudúes del sur de Chile.

La alegría de poder ver estos animales se entremezclaba con una sensación agridulce ya que íbamos saboreando la despedida de las tribus del sur de Etiopía. Teníamos agendadas unas visitas a mercados locales que sabíamos nos darían la posibilidad de interactuar con diferentes etnias que acuden a comerciar, pero ya no sería en ningún poblado; o eso pensábamos…ya que, como fue la regla de este viaje, la vida nos tenía un regalo a disfrutar con la última tribu que visitaríamos! De eso, ya os contaremos.

Besos abisinios tribales

Mónica, la patiperra.

 

 

 

2 comentarios sobre “En compañía de los Mursi

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