Vall de Boí – Agosto 2011

Este verano del 2011 hicimos nuestras primeras grandes vacaciones! En total fueron unas cinco semanas, comenzando con una pasada por Andorra, la primera vez que Michel regresaba al principado después de muchos años sin ir. Desde ahí nos fuimos directos al Vall de Boí, un pequeño pero sorprende valle enclavado en los Pirineos catalanes, en la provincia de Lleida.

Aquí nos quedamos tres semanas,  con base en el Camping del Remei, desde donde cada día organizamos alguna excursión o paseo por el mismo valle, o por los valles y pueblos cercanos. Tanto tiempo da para mucho, y la lista de lugares visitados, de paseos y excursiones es muy larga… una de nuestras actividades favoritas esas semanas fue caminar entre los pueblos románicos a ambos lados del valle, donde se encuetran hasta 10 iglesias románicas de los siglos X y XI de gran belleza e importancia histórica, aunque lo más destacado para Pau fueron sus torres y campanarios… no hubo torre que no subiera ni campana que no hayamos escuchado sonar!

Además, hicimos muchas caminatas, casi siempre bajo la sombra de los árboles que cubre gran parte de la parte baja del valle, con la excepción de un día cuando visitamos el Parque Nacional Aigüestortes, el cual por su altura no tiene árboles pero si muchas lagunas. También organizamos varios paseos buscando pozones de los ríos donde bañarnos… auque el sol apretava mucho, el agua de deshielo era tan fría que los baños eran siempre muy rápidos y muchas veces no llegaban a incluir la cabeza!

Súper bonita resultó también la experiencia de acampar los tres, por primera vez. El camping era muy pequeño y familiar, y el sitio bajo árboles muy frondosos y a orillas del río, ideal para el descanso Incluso tenía una piscina, my fría, que también aprovechamos siempre que pudimos. La anécdota más especial que nos ocurrió fue la de aquella noche en que nos calló encima una enorme tormenta de montaña, con lluvia intensa y hasta granizos, que nos inundó la tienda y nos obligó a terminar durmiendo los tres arrinconados en la única esquina seca… de todas formas, nuestra tienda del Decathlon resistió impecable al agua y granizos, toda una prueba de calidad.

Después de estas semanas rematamos nuestras vacaciones con una semana en Can Carbonell, una urbanización de la Costa Brava donde los padres de nuestra amiga Catherine tenían una casa de veraneo… desde aquí pudimos visitar varias playas de la zona, como Aigua Blava, Tamariu, y la Playa del Castillo. El final soñado a unas vacaciones inolvidables!