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Siguiendo con nuestro paso por Cochin, un capítulo aparte merecen las danzas Kathakali, que tuvimos la suerte de ver en la ciudad, que de alguna manera es el centro de las artes de Kerala.
Más que una danza, en realidad el Kathakali es un espectáculo que combina música (en vivo), mímica, baile y canto, que originalmente era un ritual de adoración ofrecido a los dioses. Es muy difícil explicar en qué consiste realmente, aunque si sabemos que su temática se refiere a la interpretación de algunos episodios del “Mahabharata”, el gran poema épico de la literatura religiosa de India, y el “Ramayana”, que relata las historias y aventuras de Rama, una de las 10 reencarnaciones del dios Vishnu, el dios protector del Universo (alguien ha entendido algo?). Como en las películas de Hollywood, o más bien de Bollywood, el final siempre es feliz, con los dioses imponiéndose a los demonios después de una interminable batalla llena de simbolismos imposibles de contextualizar.
Los intérpretes del Kathakali dominan con maestría el arte de la gestualidad y expresión, donde las manos y cara expresan las ocho formas tradicionales de “rasa” o sabores, que son las emociones que se pueden transmitir a los espectadores; erotismo, heroicidad, poder, odio, cólera, compasión, terror y sorpresa. Otro detalle curioso es que todos los actores son hombres, aunque interpreten a personajes femeninos, y utilizan un maquillaje sumamente elaborado para interpretar a sus personajes, usando el verde para dioses, y el negro y rojo para los demonios. Además, sus trajes son de lo más estrafalario que se pueda imaginar, incluyendo collares, brazaletes, hombreras y sombreros. Todo el conjunto lleva un par de horas de preparación (no es una exageración).
Tradicionalmente, el Kathakali se ofrece al aire libre, con el escenario iluminado sólo por lámparas de aceite, al ritmo de tambores y címbalos. Y, dato importante, suelen alargarse durante toda la noche…. En nuestro caso, nosotros fuimos a ver una representación en un teatro montado para extranjeros, donde el espectáculo duró algo más de una hora (más que suficiente!). Eso sí, antes de la actuación misma, pudimos observar como uno de los actores se maquilló, partiendo de cero hasta convertirse en una deidad de cara verde… más de una hora tardó el proceso!
Aunque extravagante e indescifrable a los ojos de un extranjero, hay que reconocer que el Kathakali es un arte muy elaborado y de gran complejidad, un botón de muestra de este país tan inverosímil como encantador.
Michel