Adiós Etiopía; Lo Mejor de Nuestro Viaje!

Como dice el dicho, “todo lo bueno se acaba” y, sin darnos cuenta, de repente ya estamos llegando al final del relato de nuestro viaje a Etiopía de este verano. Y, para despedirnos de este inolvidable viaje, hemos pensado en preparar este “especial” con lo mejor del viaje. Para ello nos hemos puesto de acuerdo en que cada uno de nosotros, sin seguir reglas y sólo siguiendo lo que le dicte el cuerpo y el corazón, haga un ranking de los mejores lugares o experiencias vividas. Sin más introducción, aquí van nuestras selecciones:

Los mejores lugares y vivencias según Pau

1- Los Mursi
La visita a esta aldea fue una experiencia increíble, y al mismo tiempo tampoco tan buena; por una parte, fue una buena experiencia ya que esta es probablemente la tribu más simbólica de Etiopia, pero, por otra parte. el guía nos llevó a una tribu que recibía muchos turistas, así que estaban bastante malacostumbrados en el ámbito de pedir dinero. Pero en general fue una experiencia bastante entretenida.

 

 

 

 

 

2- Los Hammer
Esta fue claramente la mejor tribu que visitamos, al estar tan apartada de la civilización que todavía conservaban sus costumbres ancestrales. Fue muy increíble ver como saltaban las vacas. Una cosa que nos sorprendió fue como la gente se daba latigazos, y también que estuvieron más de 4 horas bailando y haciendo las mil y una cosas para que solo una persona al final saltara. Pero el guía nos dijo que en Occidente la gente se gasta una millonada para que al final dos personas se den un beso.

También reflexioné que a lo mejor en 20 años esto ya no se podrá ver así que lo tenía que disfrutar.

 

 

 

 

 

3- Lodge Hara Langano
Aquí seguramente pasamos la mejor noche de todo el viaje a Etiopía, ya que el hotel estaba a las orillas del lago Langano y todo era muy auténtico. Para nuestra sorpresa nos dieron la habitación de lujo que estaba a las orillas del lago donde no solo pudimos disfrutar de una puesta de sol increíble, sino que también teníamos una familia de hipopótamos a solo 20 metros de nosotros, en el lago, lo que nos dio un poco de miedo. Sobre todo para ir al bar por la noche, ya que tenías que hacer una caminata de 3 minutos en medio del bosque y nos habían dicho que por la noche los hipopótamos salían a comer. Pero por suerte no tuvimos ninguna sorpresa mala. A la mañana siguiente fuimos a dar un paseo en bici por las tribus perdidas que allí hay. El contraste fue bastante grande porque pasamos de ir en bici, perdidos en la nada, a estar en el coche, un hotel en la capital y finalmente en el avión de regreso. Todo en el mismo día.

 

 

 

 

 

4- Iglesia de San Jorge en Lalibela
De este lugar me gustaron muchas cosas, pero si tengo que destacar algunas sería la iglesia de San Jorge. Esta iglesia es increíble, ya que está excavada debajo tierra y tiene forma de cruz. Cuando la vi me fijé que todas las líneas que hacían dibujos en ella eran simétricas. Yo creía que era un poco más grande pero lo que han hecho allí tiene bastante mérito.

Otra cosa que me gustó fue que en una iglesia tenía un túnel que la conectaba con otra iglesia y al pasar por el túnel, el guía apagó la luz y nos dijo que eso era como renacer. Fue una experiencia muy bonita.

 

 

 

 

 

5- Viajar por la Sabana
Si esta no fue la cosa que más me gustó, fue una de las que más me gustó. Era como en las películas, nosotros dentro de nuestro Land Cruiser haciendo el safari viendo la sabana.

El paisaje era como el de las películas, aunque yo creía que la sabana no era tan seca como lo que vi en este viaje, pero bueno no se puede tener todo en esta vida. También otra cosa que me gustó fue ver animales. Pudimos ver cebras, eran preciosas, pero no nos pudimos acercar mucho ya que se arrancaban. También vimos avestruces, de muy cerca, estaban a solo 2 metros de nosotros, a ellas las vimos en un parque nacional.

Ahora se me ha ocurrido una anécdota, mis padres estaban hablando con un guardia de un parque nacional, y le preguntaron si había muchos animales y el guardia le preguntó ¿dónde? ¡¡¡En el parque!!! le dijeron mis padres ¡En el parque!

También vimos gacelas, pero también se arrancaban. Fue una experiencia muy bonita.

 

 

 

 

 

6- Iglesias rupestres del Tigray
Este lugar fue increíble, primero fuimos a una iglesia que se tenía que escalar para llegar, pero solo pude ir con mi padre ya que la entrada para la mujer estaba prohibida. Así que fuimos solamente él y yo, y para nuestra mala suerte nos llovió al final.

Luego fuimos, esta vez con mi madre también, a la iglesia rupestre más famosa de la zona: Abuna Yemata Guh allí era más caminar que escalar, la entrada de la iglesia estaba en un pequeño camino de solo 55cm de ancho al lado de un precipicio de 250 metros de altura, es decir, si te caes no lo cuentas.

Luego fuimos a otra iglesia que se tenía que pasar por la sabana, pasar por un cañón y por último caminar montaña arriba, en la parte del cañón conocimos a un abuelo que tenía que caminar 25 km de montañas para llegar a su pueblo, para nuestra sorpresa caminaba con una velocidad que un hombre de 25 años desearía tener.

A nosotros nos gustaron mucho las iglesias.

 

 

 

 

 

7- Cataratas de Tissisat
Estas cascadas fueron increíbles, eran 45 metros de caída hasta el suelo, me encantó este lugar mi padre estuvo en la misión del Nilo, pudimos ver el lugar donde colgaron la cuerda para bajar hasta el rio, que era donde continuaba. También una parte de la caminata teníamos que cruzar el rio, en barco, nos entró un poco de miedo por si el barco se le paraba el motor, pero no nos pasó nada malo.

 

 

 

 

 

 

Los mejores lugares y vivencias según Michel

1- Ceremonia del salto del toro de la tribu Hamer
En lo personal, esta fue la experiencia más potente del viaje. Por lo que significó el poder ver una ceremonia tradicional, tribal, totalmente auténtica, sin concesiones ni interferencias de ningún tipo. La verdad es que fue una suerte más que enorme el caer en lugar preciso en el momento perfecto, y así coincidir con esta celebración. Fue impactante, diría que aterrorizador, presenciar en primera persona y de tan cerca, la brutal paliza a la que las mujeres se someten y así probar su propia valentía y estoicismo con tal de proclamar su amor por el joven saltador. El rito del salto del toro en sí es especial, de mucha expectación y nervios acumulados, pero para mí lo mejor fueron los preparativos de la comunidad.

 

 

 

 

 

2- Visita a la iglesia Abuna Yemata Abu
Desde un comienzo esta iglesia estuvo ahí, rondando mi cabeza, con la duda de si seríamos capaces de escalar la pared y dominar el miedo a las alturas (yo el primero). Pero mis dudas se disolvieron el día anterior, cuando Pau se mostró tan decidido y resolutivo al subir al monasterio de Debre Damo, cuya pared resultó ser incluso más difícil. Así que la mañana que fuimos a Abuna Yemata Abu lo hicimos sin nervios ni prisas. Queríamos disfrutar cada minuto de esta experiencia, y vaya si lo hicimos… en un comienzo se nos puso a llover, con la suerte de que nos cruzamos con el sacerdote que también subía y nos invitó a disfrutar de un café en un pequeño refugio sobre la ladera de la montaña. Luego la subida se hizo hasta corta, y la escalada a la pared estuvo llena de buen humor gracias a la simpatía de nuestros guías y ayudantes espontáneos, que nos aseguraron y dieron confianza. Arriba, la iglesia superó mis propias expectativas… cómo puede ser posible que la gente haya podido construir semejante espacio abovedado, incluyendo algunas columnas, a medio paso de un precipicio de más de 200 metros de altura. La fe mueve montañas, y este parece ser un ejemplo de ello (junto al hecho de que nunca, en 15 siglos, nadie se haya accidentado al subir a esta iglesia).

 

 

 

 

 

3- Misa en iglesia Medhane Alem, Lalibela
Presenciar esta misa dominical fue algo totalmente inesperado, como recibir una bendición. No lo teníamos como algo posible de hacer, pero fue Yohannes quien nos entusiasmó y convenció al comentarnos que él podía llevarnos, algo nada trivial porque por las noches suele llover en esa temporada, la iglesia está a unos 5 km del hotel, y en Lalibela no existe Uber o servicio de taxi… de hecho, la madrugada en cuestión se rajaba lloviendo, lo que por supuesto no detuvo a la gente a asistir a misa. Entrar a la iglesia fue como viajar en el tiempo; los sacerdotes dando el sermón en Guiz, el idioma ancestral de Etiopía (el equivalente al Latin para nosotros), mientras los fieles, de todas las edades, abarrotaban el interior cubiertos en sus chales blancos de algodón… todo lo que nos transportaba a una época bíblica. Aunque la misa duró más de dos horas, en las que no nos enteramos de nada, el tiempo pasó volando para nosotros, imbuidos en la potente energía que emanaba de los asistentes y de la propia iglesia milenaria.

 

 

 

 

 

4- Celebrar mis 50 años en las montañas del Tigray
Cómo ya he contado antes en la entrada correspondiente, para celebrar mis 50 años me apetecía un lugar distinto, alejado de las fiestas y en contacto con la naturaleza y ojalá gente local. Y la elección del lugar, gente y circunstancias no pudo ser más acertada, ya que la excursión a las montañas del Tigray, en compañía de la comunidad local, resultó ser entrañable. La caminata preciosa, el paisaje de pintura, la gente simpática y muy hospitalaria… todo fue perfecto. Además, como si esto fuese poco, la sorpresa que Mónica y Pau me habían preparado resultó perfecta. Me emocionó muchísimo leer las cartas que muchos de vosotros me habíais dedicado, y constatar el cariño que he ido cosechando durante este medio siglo… por ello, siempre estaré muy agradecido a Mónica y Pau por este regalo tan especial 🙂

 

 

 

 

 

5- Cataratas de Tissisat
La visita a las cataratas del Nilo Azul fue otro de los momentos estelares del viaje para mí. Regresar a este hermoso lugar, después de casi 15 años, fue sin duda algo muy especial… Bahir Dar marcó el comienzo de las filmaciones de la película, y también de la expedición posterior que logró recorrer los casi 5000 km que separan el lago Tana de Alejandría, en el norte de Egipto, así que estas cataratas tienen un enorme valor simbólico, y de muchos recuerdos. Poder regresar acompañado de Mónica, con quien en 2003 recién comenzábamos a caminar juntos, y con Pau, quien en algún lugar del Cosmos comenzaba a prepararse para bajar a acompañarnos, me resultó doblemente especial.

 

 

 

 

 

6- Visita a la tribu Borena
Aparte de la experiencia con los Hamer, la visita a los Borena fue la más entrañable para mí. Los Borena son poco visitados, tal vez porque se les considera menos “exóticos” en comparación a los “salvajes” Mursi, Karo o los mismos Hamer, pero ellos han sido capaces de mantener muy vivas sus tradiciones, cultura y, en general, su modo de vivir. Además, tuvimos la suerte de conocer al que tal vez fue el mejor guía local de todo el viaje, quien se ha esmerado en coordinar unas visitas muy completas, en las que los lugareños se esmeran por dar a conocer su cultura de una manera relajada, familiar, y sin agobios de dinero. Fue una última visita a una tribu especial, un broche de oro a unas semanas inolvidables.

 

 

 

 

 

 

Los mejores lugares y vivencias según Mónica

Y hemos llegado a la última entrega de nuestro viaje a Etiopía, la bella y mítica Abisinia.

Los chicos han querido hacer una selección con los lugares que más nos han impresionado o situaciones que hayan dejado huella. Para mí, no será tarea fácil, ya que haber podido recorrer tantos kilómetros con los sentidos a mil, por un lado, y con mente y corazón haciendo un viaje en paralelo, por el otro, hacen que la elección sea complicada. No sé si podré separar la evocación de emociones con lugares específicos…

KONJO, es una palabra muy utilizada en Etiopía, quiere decir bonito, agradable, especial …de a poco la fuimos utilizando en nuestras interacciones y conseguíamos unas sonrisas muy auténticas. Para mí, sentir ese “Konjo” en las situaciones que iba experimentando día a día se fue dando de forma muy suave y potente a la vez…ahora mirando en retrospectiva puedo compartir con vosotros que la primera vez que sentí esta sensación fue nuestro primer día en Addis Abeba, ese día fuimos a las oficinas de Red Jackal (cliente de Michel), y mientras él y Pau iban a saludar a Johannes yo me fui a dar un paseo por el patio del lugar, y fue allí donde me encontré con una pequeña que estaba jugando a “preparar comida”…tenía sobre una piedra que hacía de mesa hojas de árboles y con una tarjeta de crédito partida por la mitad que hacía de cuchillo, iba troceando las verduras para su exquisito caldo…lo hacía con una cara de felicidad e inocencia, que me emocionó, ya que de alguna manera me transportó a mi infancia cuando en casa de mi abuela materna yo jugaba a cosas parecidas. Ese día sentí que este viaje sería muy potente para mí, ya que me llevaría a lugares cotidianos e íntimos…y , si así lo querías, no habría florituras e irías directo a lo esencial. Konjo, konjo…

 

 

 

 

 

La misma sensación de dificultad en conectar con la gente sentida en un principio, debido a la falta de referente, se convirtió poco a poco, en una suerte de aliciente para descubrir cada día y a cada instante “mundos nuevos en mí”. Disfruté como una niña… para mí ha sido un viaje redondo!

Siguiendo con el juego propuesto por los chicos, mencionaré algunas imágenes que aún me vienen con fuerza y nitidez.

1. Mujeres y niñ@s
Los caminantes de los caminos de Etiopía, siempre en movimiento, ejerciendo labores duras y cansadoras…siempre en grupos o al menos en pareja. Una presencia potente y constante.

 

 

 

 

 

2. Axum y Lalibela
El primer contacto de la espiritualidad del pueblo llano…las vestimentas, los rezos con una musicalidad embriagadora, las mulas y burros, que te transportaban a otros tiempos, que relaciono con tiempos bíblicos sin tener mucho conocimiento de ello. Bellísimo y profundo.

 

 

 

 

 

3. Montañas
Simien y Tigray, nos permitieron gozar de unas vistas increíbles. Siempre digo que a nivel de naturaleza tengo el listón bastante alto: Chile, mi país natal, tiene lugares que te dejan sin aliento, muy rurales y recónditos. Y aquí en Etiopía muchas veces quedé maravillada de esas hileras de montañas que se perdían en el horizonte. No tenía ni idea de que podría encontrar este paisaje en este país.

 

 

 

 

 

4. Tribus
Ha sido una oportunidad íntima y sagrada de experienciar formas de vida que se viven en paralelo a día de hoy! Sólo respeto profundo porque no llego a dimensionar lo que para ellos representa. De esto me doy cuenta cada vez que lo explico…no llego a transmitir lo esencial…y claro, parafraseando a Pau, para ello no hay palabras, sólo se debe vivir.

 

 

 

 

 

5. Lodge Lago Langano
Ni en sueños hubiese imaginado que la despedida de Etiopía sería tan mágica ni que dedicaría palabras a un “lodge”. El apartado camino recorrido, los poblados que debimos cruzar, el lago sinfín, los hipopótamos, los 13 hipopótamos que nos brindaron un concierto de “bramidos” justo enfrente nuestro, el atardecer, la luna llena y la tormenta que cayó por un momento en la noche…todo esto fue para mí la constatación de que en la naturaleza mejor que en ningún otro lugar, se puede tocar, oler, ver y oír lo sagrado de los ciclos de la vida. La imagen que guardo es estar tumbada en la terraza de la cabaña con el lago a mis pies, mirando absorta y como una niña feliz a los hipopótamos…me quedé hipnotizada, un regalazo!

 

 

 

 

 

No puedo más que agradecer vuestra compañía y vuestras palabras. Agradecer a Yeshiwas, cada día lo acabábamos con un agradecimiento por el trabajo hecho y por cuidarnos tanto. Y a Michel y a Pau, agradecer su compañía sin igual, en los buenos y en los no tan buenos momentos. Ayayay, cuántas ganas de regresar!!!

 

 

 

 

 

Besos abisinios.
Mónica , la patiperra.


Epílogo…
Pues si, aunque ya hace más de dos meses que dejamos Etiopía y estamos de regreso en Barcelona, y a pesar de lo mucho que nos costado preparar las últimas entradas, aquí estamos despidiendo este inolvidable viaje a un país extraordinario, diciendo adiós a miles y miles de personas, paisajes y vivencias que formaron parte de esta aventura que no podremos olvidar, porque nos la llevamos en el corazón. Ojalá que esta en realidad no sea una despedida sino un hasta pronto, hasta muy pronto.

Muchas gracias a Etiopía y su gente, y a todos vosotros que nos habéis seguido por el camino… ya podéis respirar, no os vamos a agobiar más con entradas de Etiopía, al menos por un tiempo 🙂

 

 

 

 

 

Pau, Mónica y Michel

4 comentarios sobre “Adiós Etiopía; Lo Mejor de Nuestro Viaje!

  1. Queridos, lo bueno no se acaba, felizmente nos queda el recuerdo, de lo vivido, de lo comido y de lo bailado. Recuerdos que nos van enriqueciendo.
    Gracias por lo compartido y lo aprendido de este viaje a través de ustedes.
    Un abrazo grande.
    Vero Gallardo M.

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