El Nilo Azul, el gran río de África

Aunque he tardado más de dos semanas en sentarme a escribir esta entrada, era imposible no dedicarle unos minutos a este legendario río, uno de los más grandes e importantes de África y del mundo entero. Personalmente, para mi es imposible desvincular nuestro viaje a Etiopía del río Nilo, pues fue este río el motivo de mi primer viaje a Etiopía (y a África) el año 2003.

Para los que no lo sepan, o no lo recuerden, en Octubre del 2003 pisaba por primera vez esta tierra como miembro del “elenco de actores” de la película El Misterio del Nilo y, mucho más importante a nivel personal, como miembro (parcial) de la expedición que a posterior logró descender por primera vez en la historia los más de 5.250 kilómetros que recorre el Nilo Azul (la ramificación que comienza en el norte de Etiopía) desde su fuente en el lago Tana hasta su desembocadura en el Mar Mediterráneo, en la ciudad Alejandría.

Tras dos meses de filmaciones en Etiopía (lago Tana y alrededores), Sudán (Jartum y alrededores) y Egipto (Cairo, Asuán, Alejandría), en los cuales se recopilaron la mayor parte de las imágenes de la película, a comienzos de enero de 2004 regresamos al lago Tana para comenzar el descenso real del río. Tras 2.000 kilómetros y 55 días ininterrumpidos de aventuras, incluidos varios “baños forzados” en el río, acampadas diarias a orillas del río en compañía de monos y cocodrilos, el cruce ilegal de la frontera con Sudán, y muchas otras historias, finalmente llegamos a Jartum donde finalmente decidí abandonar la expedición (después de haber recorrido el tramo más salvaje y remoto del río)

En ese viaje fue justamente donde conocí a Yohannes, director del operador turístico que hoy represento, y donde comenzó mi pasión por este país y su gente. Años más tarde, en 2007, regresé para participar del estreno del Misterio del Nilo en el Teatro Nacional de Addis Abeba, el primer teatro de su género construido en África, el cual fue rescatado de su estado ruinoso por los productores de la película para ofrecer el estreno de esta en Etiopía. Luego vino el viaje para producir el reportaje sobre los atletas etíopes, en el cual conocí a Haile Gebrselassie, otro motivo de fuerte vínculo con Etiopía.

Sin embargo, hay otro gran y significativo motivo para sentir un apego y cariño especial por este país, y por su río. Poco antes de conseguir este trabajo conocí a Mónica en un viaje por Chile, con quien justo antes de viajar a Etiopía ya habíamos hecho planes de establecer nuestro nido en Barcelona. Así que ese viaje en el Nilo siempre estará profundamente ligado a nuestra historia de amor. Recuerdo como nuestras comunicaciones, con varios días de diferencia, se limitaban al tiempo que los satélites se dejaban ver entre las estrechas paredes del cañón del río (un par de minutos, a lo sumo). Fue durante esas breves comunicaciones cuando tomamos algunas de las decisiones más importantes de nuestras vidas; Mónica decidió renunciar a su trabajo en LAN, y yo que abandonaría la expedición en Jartum para volar rápidamente a Chile para ayudarla a terminar a empacar y luego viajar juntos a Barcelona… como veis, son muchas las historias que unen mi vida, nuestras vidas, a este país y a su gran río.

Así que este viaje en familia a Etiopía tiene una historia, y esta historia siempre nos lleva al mismo comienzo; el río Nilo, que los etíopes prefieren llamar Abbai Wenz, el “Río Grande”. Ya de camino a Bahir Dar (desde Addis Abeba), tuvimos el primer encuentro con este magnífico río, ya que la carretera cruza el gran cañón de casi 1000 metros de profundidad que este ha labrado en la roca durante milenios. Aquí, bajo el puente que lo cruza, tuvimos uno de nuestros aprovisionamientos durante la expedición, así que aquí tuvimos una parada obligada para cruzar a pie el antiguo puente, hoy sólo utilizado por los campesinos de a pie (uno nuevo, construido por lo chinos, es el que se usa para los coches actualmente).

Sin embargo, el lugar más icónico y espectacular a lo largo de este gran río son las Cataratas de Tisissat, una caída de agua de 45 metros de altura que los lugareños prefieren llamar Tisoha o “Humo de Agua”, por la cortina de vapor que genera su caída. Aunque hace unos 15 años se construyó una central hidroeléctrica justo antes de la caída, la cual consume casi totalmente su caudal durante los meses de sequía, con las lluvias actuales el río está crecido y las cascadas nos ofrecieron su cara más espectacular. Además, la visita resultó estar llena de recuerdos e historias que rememorar… encontramos el árbol que usamos para descolgar los zodiac hasta la base de las cataratas, e incluso encontramos a algunos lugareños (hay una aldea justo al lado de las cataratas) que recordaban el paso de los “faranji” y sus botes amarillos (por cierto, muchos nunca se enteraron de nuestra suerte, y se alegraron de conocer que nadie había muerto!)

Por supuesto, otro lugar de gran importancia para el río es su fuente, el enorme lago Tana, que con sus 3500 km² es el más grande de Etiopía. Aquí depositan sus aguas más de sesenta tributarios repartidos en las montañas circundantes, antes de la partida del Nilo Azul hacia el Mediterráneo. Como si fuese poca cosa, este lago es considerado por los etíopes como un gran protector del cristianismo ortodoxo, pues en el siglo XVIII, ante la continua amenaza que representaban las hordas musulmanas, la corte etíope se refugió temporalmente en una docena de las cuarenta exuberantes islas que existen en el lago. En estas islas, y a orillas del lago, ya existían antiguas iglesias, unas 28 en total, que pasaron a proteger grandes tesoros traídos por la corte, ganando una fama y devoción enormes.

La visita a algunas de estas remotas iglesias nos mantuvo ocupados un par de días, pero la recompensa de poder acceder a lugares tan significativos para los etíopes fue enorme. En ellas descubrimos biblias escritas en hojas de cuero de cabra, que pesan hasta 17 kilos, frescos de hace 5 siglos que recrean con vívidos colores y una imaginación casi infantil, los pasajes más conocidos del viejo testamento, así como de las innumerables leyendas etíopes que vinculan la historia del cristianismo ortodoxo con pasajes inverosímiles de la historia (esto da para otra entrada, así que lo dejo hasta aquí por esta vez).

Espero no haberles aburrido demasiado 🙂

Un abrazo a tod@s!

Michel

PD:
Si alguien no ha visto la película aún, aquí les paso el enlace a una copia (cutre) en You Tube: https://youtu.be/eGa6ro6SKfM (en Inglés)

 

4 comentarios sobre “El Nilo Azul, el gran río de África

  1. Hola amigos!
    Ahora entiendo algunas cositas mas de lo que os une a este pais…no es solo para la belleza de sus paisajes, tampoco solo para la diversidad de lugares, gente y tal…si no para tambien el sentido que ha tenido en vuestra familia, vuestro amor y vuestra vida…
    Que bonito y emocionante poder estar alli’ juntos despues de algunos años y con Pau!!!!
    Que sigan asi’♡
    Besos y abrazos hasta el infinito!!!!

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